A little company? {Libre}

-Que ilusas- Rodee mis ojos a la vez que me levantaba de mi cama y me marchaba del dormitorio. Acababa de interrumpir la "grandiosa" charla que mis compañeras llevaban montando desde varias horas. Nunca me les prendía, ya que elogiar a los muchachos o hablar sobre cómo decorar el uniforme o que peinado lucir eran temas que no me interesaran en lo mas absoluto. Obviamente eran temas predilectos para una chica, pero el hecho de ser mas natural se me hacia mas entretenido y cómodo.

Antes de cruzar por el retrato mire para varios lados, comprobando así que no hubiera nadie rondando. No era precisamente la alumna querida por los profesores, así que no dudaba en que me quitarían varios puntos al encontrarme, aun que ni eso me detenía para hacer lo que se me apetecía, ya que después de todo seguir las reglas no era a lo que me dedicaba.

Mis pasos vagos me llevaron hasta los baños de los prefectos, ¿Interesante? Negué en un principio, ya que no podría encontrarme con nada interesante allí adentro, pero rápidamente recordé que la diversión se había perdido hacia tiempo en aquel castillo, o al menos no contaría en este horario con aquello porque todos dormían.
Susurre la contraseña e ingrese. No me apetecía precisamente darme un baño, ya que ya me lo había dado rato antes, pero al menos sabia que allí nadie me encontraría.
Camine tranquila hasta donde se encontraban las sales, ignorando mi alrededor, y cuando quise volver para preparar la bañera escuche cierto ruido. Automáticamente mis mejillas se encendieron y como un auto-reflejo me cruce de brazos para aferrar mas a mi la bata que llevaba en ese momento.
-¿Hay alguien?- Pregunte entre dudosa, ya que no sabia bien si verdaderamente había oído un ruido. El vapor del lugar entorpecía un poco mi visualización, pero al menos no distinguía ninguna figura humana o eso creía.