¿Que mas pueden esperar? (Druella)

Había pasado toda la mañana con un leve dolor de cabeza que solo lograba que me ponga de peor humor. Unos chicos de un año menor, de mi misma casa, se habían acercado a mi con la intención de convidarme unos chocolates, pero no confiada en aquel acto, los rechace y por si las dudas se los quite para que no se lo den a alguien mas comprobando así que estaban rociados con un filtro amoroso. Odiaba que hicieran esas tonterías como si fuera a caer.

Necesitaba un poco de aire fresco por lo que el exterior fue una opción bastante buena. Llegue al Sauce Boxeador y me mantuve un poco alejada de sus ramas, ya que no pretendía ser golpeada una vez mas. Aun recordaba el primer golpe que me había dado unos años atrás y los tres días que tuve que padecer en la enfermería. Había sido algo completamente horrible, pero se lo debía a una tonta distracción.

Me desplome en el suelo y saque un libro para leer. No era del castillo sino un regalo de mi tía Luna. Aquel libro tenia un poco de historia y hablaba especialmente sobre una gran variación de criaturas mágicas, algunas que aun no comprobaban su existencia. Rápidamente me vi atrapada por aquel contenido olvidándome de todo lo que me rodeaba. Cualquiera que me viera podría creer que estaba loca por estar leyendo en medio de la nieve, pero era una Potter-Weasley, ¿Que mas podían esperar?.

Había pasado toda la noche desvelada leyendo un cómic que encontré en mi sala común tirado. No me resistí a tomarlo y echarle una ojeada, no haría mal a nadie. No me di cuenta cuando ya por la ventana de mi habitación empezó a aparecer la luz del día e iluminaba todo lo que por la noche tuve que alumbrar con mi varita. Solo faltaban pocas páginas para terminarlo y poder dormir si quiera un par de horas pero cuando logré hacerlo solo fueron 25 minutos, nada más. No tenía sueño. Solté un bostezo y me preparé para un nuevo y frío día de invierno.
Me dejé guiar por mis pies hasta que llegué al sauce boxeador, lo vi desde lejos y tuve que parar mi camino para pensar bien a donde me estaba dirigiendo. Tenía un poco de miedo a que me pasara algo, pero abandoné todo pensamiento malo cuando vi a alguien a una distancia segura lejos del árbol que golpea a todo lo que se le cruza. Me acerqué a esa persona con cautela y pisando en lugares que me dejaran tiempo para moverme por cualquier cosa. A medida que caminaba pude identificar un poco la cara conocida, Lily ?
-Hey!- aún me faltaban un par de metros pero de seguro ella me escucharía. Había nieve por do quier pero lo normal para esta época del año. -Que haces aquí, sola? - me sorprendía el hecho de que no estuviera con alguien más.